viernes, 6 de abril de 2007

Odio el Super

Lo que más odio en la vida



No recuerdo haberme perdido en uno, ni tampoco haber tenido una mala experiencia, ni nada del otro mundo, simplemente ¡ODIO IR AL SUPER!

Me cansa horrible ese piso pulido color blanco, además blanco y los carritos que siempre tienen las llantas chuecas o simplemente estan trabajados o llenos de basura.

No entiendo, si no saben exactamente qué van a comprar ¿por qué demonios van?

Odio tener que cruzar miles de metros cuadrados entre un artículo y otro. Y por si fuera poco, hay que buscar esas máquinas que nunca sirven para saber el precio, que nunca esta correcto.

Siempre lo he aceptado, mi capacidad de elección y decisión deja mucho que desear ¡Por dios! Ponen miles de pastas dentales, bueno, me lleva más de 20 minutos decidirme por un paquete de toallas femeninas, es absurdo.

Y lo qué más odio es que me engañen ¡¡sí!! Me engañan, me llevan a la Plaza con pretexto de ir al banco y de pronto ¡zas! Se acuerdan que necesitan algo del super ¡¡¡LO ODIO!!!

Además es tonto para mí, no compro para un ejercito, lo juro, visito el super de mayoreo una vez por año a comprar lo que ocupó en los 365 días. Cosas que no son perecederas.

Así como odio ir al Super, disfruto recorrer los mercados populares, los llamados “Sobre Ruedas”, los “marchantes” gritan "¿qué va a llevar? ¿va a llevar jitomates? ¡para usted le doy dos kilos por uno!" además dan (me gusta mucho que me regalen) pruebas de la fruta fresca, de las tostaditas con crema, la mitad de una naranja para que uno se anime, las flores se ven hermosas, la mujer que se acerca para ofrecer "nopalitos", el hombre que vende cerrillos o franelas para "su cocina", la mezcla de las voces de los marchantes, la música de los otros puestos, la discusión familiar porque la esposa pregunta si compra uno o dos kilos y el esposo solo le dice "tú sabes" jajaja disfruto ver los colores de las verduras y entonces si, compró un par de manzanas.


Pd. Finalmente logré insertar una imagen al final del texto. Era una bobada.

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