martes, 7 de diciembre de 2010

De aquí para allá...

A veces uno va por ahí, así sólo “por ahí de aquí para allá", últimamente no sé si me he movido mucho si he ido demasiado para “allá” o me he quedado mucho “aquí”, el caso es que me he topado con gente muy especial ¿son especiales o serán especiales sólo para mi?

Hace un par de meses, en un día soleado, en “el refugio” estaba ahí, no pensaba sólo sentía y lo que sentía me inundaba, sólo estaban los patos que después de un largo tiempo de mirarme y esperar la migajas que no venía se hartaron y siguieron buscando. De pronto una mujer se sentó junto a mí, no dijo nada sólo me abrazo, al tiempo comenzó a decirme cosas, perdí la noción del tiempo, me escucho, la escuche y la inundación menguó, cuando nos despedimos, agradecí que apareciera, aunque he vuelto nunca está aún que dijiera que siempre andaba por ahí.

Voy un día aquí, otro día me toca ir allá y voy como digo “tonteando” unos días veo demasiado, otros días no veo nada, sólo chalalelo por ahí.

Mi sueño se volvió poco e inestable, así que sigo el consejo que una vez le dieron a mi madre sobre mi persona “debe cansarla” mi cuerpo, mi mente y mi alma aún no logran, aunque lo intento, equilibrarse bikrammente, entonces tomé la otra manera, correr, un día de locura, a pesar que mi galleta de la fortuna china decía claramente “no haga locuras” decidí unirme a 18 mil corredores una noche así de la nada, cuando el cansancio me hacia presa y la idea de rendirme me invadía, alguien pasaba gritándome “¡vamos! No te rindas, falta poco, lucha” el caso es que al llegar a la meta sin aire, sin sentir las piernas, buscando un lugar para tirarme, apareció un hombre, me tomó de las manos y dijo casi en un grito “¡no pares, no te sientes, respira, mírame, lo lograste, trota en el mismo lugar!” estiro la mano a su señora, misma que tomo mi cara y me hizo beber una de esas bebidas “mágicas” y el hombre me miraba y decía “¿ves? Parecía difícil, pero lo hiciste” estaban ahí supongo esperando a alguien más pero gracias a ellos al otro día desperté completa, si él me hubiera dejado tumbarme mis piernas se hubieran entumecido y no hubiera podido ni siquiera volver esa noche a casa.

Y pasan cosas así, para otros pueden ser simples casi nada, pero para mí son “especiales” y todo un acontecimiento.

Hace un semana estaba en un lugar buscando una tela, la mujer que me atendía tenía mala cara, tal vez no había sido un buen día para ella, yo preguntaba y ella respondía de muy mala gana, en un momento que había decido la tela, la mujer dio el total y otra clienta se acerco y me preguntó “¿Para qué la quieres?” le explique y ella al parecer experta en esos menesteres me asesoró y modificó la cantidad, aguantando la mala cara de la mujer, lo extraño es que ella no compró nada y al cuestionarla sobre eso me dijo “no encontré lo que buscaba, pero te encontré a ti y vi que necesitabas ayuda”. Hoy tengo algo muy bonito que logré hacer siguiendo sus consejos.

Así como alguien “me miro” y me hirió, otros me miran y me curan, lo primero no sabía si creerlo, pero todo indica que así había sido, lo más triste es que con su mirada me robó lo mejor que jamás sabré a ciencia cierta si lo tuve, pero mi corazón lo sabe y eso me basta, seguro por eso me llenan tanto estos fugaces momentos.

Hoy finalmente conocí a un hombre, sencillo, humilde, trabajador, cuya misión es saciar la sed de las personas, vende jugos o como diría la gente chiquita que se cree grande “bebidas refrescantes”, desde hace tiempo ha saciado mi sed y no lo conocía, finalmente pude darle las gracias, me sonrió y me dijo “seguro que es lo único sano que te cae en el estomago en el día” le di las gracias y al despedirse “este mes sólo de mandarina para que no te me enfermes, ya iras retomando tu color”.

Quiero pensar que lo dijo sólo por decir, pero sus palabras tocaron muy dentro de mí, ¿alguien se las habrá susurrado? ¿Por qué lo dijo? ¿Cómo lo supo? Porque desde hace tiempo, efectivamente estoy buscando mi color.

Por primera vez soy egoísta y diré MI GENTE ESPECIAL y sonrio.

Cómo dicen los Invisibles "tengo una bicicleta intergaláctica para ir de allá, para aca y de aca para allá"

* * * *

"Quiero encontrar un amante

en los hechos cotidianos

en el café en las mañanas

en los quehaceres mundanos.

En el ¿cómo amaneciste?

En el ¿estás atareada, cansada?

ven aquí que yo te abrazo

y todo se te olvida"

Odin