martes, 6 de julio de 2010

Los abuelos

Hoy se fue "el abuelo", un abuelo cuya descripción me basto para lamentar su muerte: "es mi figura paterna" y aquí sólo puedo decir "ese abuelo moldeó al hombre que yo hoy amo". Y si él hoy llora, lloró con él.



Desde que supe la noticia el sentimiento de pérdida me ha acompañado todo el día, así como la lluvia a inundado la ciudad, así me han inundado los recuerdos de mis abuelos.



Hace tiempo mi sobrina de apenas 6 ó 7 años entonces, me preguntaba por mi abuelos, al responderle que todos ya se habían ido su comentario me dibujo una triste sonrisa: "pobrecita, por eso eres así"... ¿qué quiso decir? aún no he encontrado el significado de esas palabras.



Los padres de mi señor papá, murieron mucho antes que él encontrará a mi mamá y formará su familia, de vez en vez él hace un comentario sobre su madre, cuyo recuerdo pienso se le desdibuja al pasar de los años. Mi padre fue el más pequeño así que sus hermanos mayores se hicieron cargo de él. Sólo me quedan frases de mi abuela Paula.



El caso de mi abuelos maternos es destinto, mi abuelo Rafael murio cuando ella sólo tenía 15 años, sin embargo, ha estado presente toda mi vida, mi madre al querer combatir mi miedo a la oscuridad me contaba historias de la vida de su padre, su héroe, un hombre fuerte de trabajo, de campo, un hombre íntegro, la historia de cómo cruzo un río crecido en su caballo para llegar al funeral del bisabuelo, de cómo hacia negocios, de cómo le entrego a una abuela el cuerpo de su nieta rescatado de las garras de la tormenta... su narración de cómo la subia al lomo del caballo para ir al rancho de Zeta, para pasar sus días de verano "con sus abuelos".



Y todo lo que aprendió mi madre de la mano de su padre y sus abuelos "no mates a las abejas, ellas sólo trabajan para darte miel".. mamá hoy lo repite porque su abuelo se lo enseño.



Mamá Nestora la enseño a hacer la cera y junto con sus tías a ser mujeres fuertes de trabajo.



Mi abuela, la madre de mi madre, Doña Petra, una mujer seria y callada, me dio cariño, trató de enseñarme a controlar mis ataques de risa, sus palabras retumban en mi mente cada vez que lloro: "voy a guardar tus lágrimas en un frasquito, tanto lloras niña que cuando me muera no tendrás para tirar en mi tumba, entonces las tendrás en este frasquito".



La ví marchitarse poco a poco, la ví olvidar cada día sus recuerdos al tiempo que buscaba en su memoria, ví como su piel perdía color y su mirada brillo, me enfrente siendo adolescente a su olvido, llegar a saludarle y que no reconociera a su "llorona", la escuché preguntar estando yo presente "¿y no ha venido esa niña lépera de Avith?.... "Lépera"... a la fecha no se qué significa, sólo se que me la decia cuando me daban ataques de risa en la mesa "eres una niña lépera y te voy a meter al water" claro más risa me daba... lépera, soy lépera.

Cuando murio ya sin recuerdos en manos de mi madre, mi mirada no podía apartarse de ella, sabíamos que iba a pasar, todos los médicos lo habían dicho pero nunca se esta preparado para despedirse. Una de las noches más tristes en mi vida, al otro día, de madrugada partimos todos los Robles a su pueblo al llegar, la casa estaba llena, mujeres trabajaban en una cocina improvisada en el patio trasero, hombres colocaban lonas y sillas en el jardín donde jugabamos en las vacaciones de verano. Y entonces lo entendí, lo que siembras en vida lo cosechas el día de tu muerte.

Dos días estuvo esa casa llena, al salir de su casa el pueblo camino junto a los Robles al Campo Santo, mis 4 primos cargaban su fertro, escondiendo sus lágrimas tras les lentes oscuros, las ventanas de las casas a su paso se cerraban y mamá me explico que era signo de luto, el pueblo estaba de luto, Doña Petra estaba muerta, había muerto la mujer del tío Rafael y el pueblo y las rancherias se unían a la pena de Los Robles.

Mucha gente vino a dar su pésame, un hombre humilde, de manos cortadas y pies en tierra, con su sombrero de paja roto, se acerco y mi tío, el hombre de la familia con todo su porte de caballero, se derrumbo en los brazos de ese hombre mientras le decia: "Hermano, mi madre se me ha ido". Esa imagen esta entre mis más fuertes recuerdos.

Aun hoy cuando visitamos el pueblo la gente susurra a nuestro paso "son Robles, son los nietos de Don Rafa y Doña Petra"... un día un hombre en un pueblo lejano nos dío lo más valioso que tenía sin conocernos, le basto saber que era la hija y las nietas de "ese hombre que le dio posada y le enseño a trabajar, ese hombre que fue como su hermano en la sierra" Rafael Robles y nos dio su caballo para seguir seguros el camino.

Yo sé como que sale el sol cada día que mis abuelos estan desde el cielo cuidandome, mi abuelo Rafael sé que echa a su macho alazan negro adelante de mi cuando llueve voy en el camino sola, yo sé que mi abuelo me ata a su cuerda y sus manos fuertes y callosas la sostienen para no dejarme caer y lo se porque soy la otra niña de los ojos de su hija mayor de "su Morena" y también se que mi abuela sonrie para si cuando escucha mis risas y se que recoge todas mis lágrimas en el frasquito y me las dará cuando ya no pueda tirar más.

¡Por eso soy así... porque ya no tengo abuelos!

Doy gracias a Dios que mis niños en casa tienen a sus dos abuelos. En Dios creen y en sus abuelos confian, al igual que yo. Un beso a los Titos!

Con amor para Charly.