viernes, 5 de noviembre de 2010

Chavela Vargas





“Por tu culpa la lluvia me hizo añorar una voz,
Por tu culpa amé el amor desobediente,
Por tu culpa me salvó una canción,
Por tu culpa este fuego ya nunca se apagará,
Por tu culpa, Chavela”

¿Qué puedo decir de Chavela Vargas que no se haya dicho ya? ¿Quién cómo ella de la mano de grandes personajes de la historia cultural de nuestro país, de pintores, escritores, actores, directores, músicos y compositores, con una personalidad fuerte, alegre, sin miedos? y si los tuvo, los tuvo muy escondidos. ¿Cuánto por una noche de “parranda” con ella y sus amigos? ¿Te imaginas? Ahí frente a ti, ella riendo a carcajadas, a su lado José Alfredo Jiménez comenzando a hilar las palabras de su próxima canción, Álvaro Carrillo, Toña La Negra, Pablo Neruda, Frida Kahlo, Federico García Lorca y Javier Solís cantando a dueto olvidando las letras de las canciones, gritando “música”. ¡Qué noches, qué amigos!


Este año con 91 años acuestas y muy bien vividos de eso no hay duda, Chavela se reúne con sus amigos de antes y de ahora. En una producción titulada “Por mi culpa, Chavela Vargas y sus amigos”

Estoy llegando a la conclusión que tal vez lo que me gusta más es: Y SUS AMIGOS. En 91 años de vida, cuántas cosas se ven, cuántas alegrías y dolores, qué puede hoy asustarle a Chavela, ni siquiera la muerte, hace poco dijo al respecto:


"cuando llegue el momento que me incineren y en un río, claro está, que tenga agua, ahí las esparcen” y muy claro está que no quiere lágrimas ni rezos, sólo irse.

Y sin embargo, en sus más de 90 años lo que más añora son a sus amigos, esos que ya no están o que vienen de vez en cuando a verla a su casa de cristal en Morelos. Ella lo tiene muy claro, y dice de su núcleo de amistades “Ahora ese círculo está cerrado. Ahora están muy histéricos, un día te conocen y al otro te desconocen y ni te saludan".


Creo que este disco lo hizo buscando esa sensación de aquellas noches de “parranda” en las que se rodeaba de amigos. Además todas las canciones son de lo más tequileras, de esas que cantas a brava voz así como ella, si estas en mal de amores “te llegan” y si no, quisieras estarlo para poder cantar con más sentimiento.


Vamos por partes:


8 canciones, sus canciones preferidas, claro, ella no podría cantar nada que no le guste hasta el alma. Pero estas son especiales. ¿Por qué? Porque varias son creaciones de sus amigos e incluyen una de su propia autoría ¿son o no especiales?


¿Qué otra canción podría abrir el disco que no fuera “Las Ciudades” de José Alfredo Jiménez? ¡Ninguna! La voz a dueto es de nada más y nada menos que la señora Eugenia León que con sólo su nombre sabemos que es impecable.


Tengo un gusto especial por los boleros y la música vernácula, mi infancia estuvo llena de esta música, noches de bohemia en casa y hasta la fecha mi papá anda por su casa tarareando o cuando menos lo espero me susurra la frase de una canción. Con alevosía y ventaja le argumento que “nadie se muere de amor” sólo para que comience a cantarme “Musmé se murió de amor”.
Ya me distraje, contaba esto porque mi papá me enseño muchas letras de canciones, incluida “Un mundo raro” le ha escuchado infinidad de veces pero esta vez el chelo de Jimena Giménez Cacho, me dio la sensación de escucharla por primera vez en mi vida. El sonido del chelo siempre me ha parecido como una lágrima en una tarde de lluvia.


Juan Carlos Allende y Miguel Peña, dos extraordinarios guitarristas, acompañan a Álvaro Carrillo y a Chavela en “Luz de Luna”. A esto me refería al hablar de una reunión de amigos: La letra, la voz, la música, amistad pura. Esta pieza en especial me llevo a recordar las tardes bohemias en mi casa, tal vez por las guitarras.


Yo conocí Las simples Cosas una canción tradicional argentina en la voz de una chava, que se llama Soledad “La Solé”. El caso es que me encontré con La Negra Changra, que prometo públicamente hablarles de ella, por pronto decirles que está considerada como una de las grandes representantes del folklor argentino. No mentiré en decir que si se me rodaron un par de lágrimas con “Por eso, muchacha, no partas ahora soñando el regreso, el amor es simple y a las cosas simples las devora el tiempo”.

¿A dónde te vas, paloma? es una joya, por primera vez cantada por Chavela para este disco, la letra es de ella y Mario Ávila compone la música así como la vida, la soledad, la casa de cristal de Chavela. La sensibilidad de él como artista plástico la rodea tiernamente como sólo un amigo del alma puede hacer.


No se pueden perder “Piensa en mí” que soy honesta nunca me ha gustado la canción ¿Por qué? No lo sé, simplemente no me gusta. Pero aquí Pink Martini, hace un acompañamiento extraordinario junto con el piano de Thomas M. Lauderdale.


Y ya para irme y no dejar (aquí suenan bombos y platillos, el público se pone de pie y todos gritan) Joaquín Sabina y Chavela, cantando “Nosotros”, para ser sincera soy una ferviente seguidora de Sabina, así que para mí la joya del disco es esta pieza. Durante el tiempo que les escribo estas líneas no ha dejado de sonar.



Y me llama la atención que Lila Downs cierre el disco, Chavela la considera su digna sucesora y le ha dicho “Debes haberle vendido algo al diablo. Pero el alma no, porque está en tu garganta”. Juntas cantan “Vámonos”. El disco vaya la expresión “es redondo” no hay para donde hacerse.
Sin duda un disco que hay que tener, Chavela ha amenazado con su retiro, lo dijo varias veces en la X Feria del Libro de la Ciudad de México, al tiempo que presentaba su libro “Las Verdades de Chavela Vargas”.


“Estoy loca e insisto que me vuelvan a repetir la Historia, la que viví...".
Chavela Vargas


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