Tal vez le pidan ayudar en alguna casa para los "quihaceres", tal vez logre juntar unos pesos para comprar unos huarachitos para uno de sus "muchitos" que crecen sin parar y ella no alcanza a cubrir sus cuerpos a la velocidad que estos van cambiando. El niño más pequeño, que trae consigo a su espalda, pronto dejará de caber en su reboso.
Siempre pendiente de la temporada de cosecha y siembra, con su sombrero y su machete, sigue el paso del resto de los hombres en el campo.
Su piel es morena, curtida por el sol y el frió, en sus ojos negros se refleja la vida del campo, su sonrisa muestra sus dientes blancos y su risa se contagia, su larga trenza, sus manos duras, asperas por labrar la tierra.
Así paso su juventud, trabajando y criando a 4 chicos, ella sola, porque el esposo se fue y nunca más volvió, matando un pollo una vez al mes para darles a sus hijos el caldo, la carne para los tamalitos de la venta, cortando "pipes" para frijoles, azando zetas como si fuera carne y para descansar: bajar al río a lavar.
Los hijos crecieron, uno aprendió el oficio de vidriero, otra: secretaria y casada y uno más se fue al norte y desde allá le mandaba a su mamá unos centavitos, mismos que ella guardo y compro una tierrita para tener un cuarto sin agua, sin luz, sin drenaje pero con paredes por donde viento no cruza. Hoy ella y una de sus hijas son dueñas de "restaurante" a la orilla de la carretera, para ofrecer al peregrino que pasa a ver a la Virgen de Juquila: Tlayudas, Frijoles, Quesadillas, Huevos azados en el comal, Estofado y sopa de pasta.
De aquí salen tan deliciosos platillos.
Después de saber su vida, por su propia boca y por anécdotas de mi madre, pensaba en lo duro que trabajo, en el frío que pasaban sus niños en invierno, en las fuerza que necesitaba para trabajar en el campo y pensaba que era muy triste su vida, sin embargo Tina me dijo:
"LA VIDA ES TAN HERMOSA, ES MUY HERMOSA
SOLO HAY QUE SABER LLEVARLA....
PARA SOBREVIVIRLA"
Y por si fuera poco, cuando pregunté cuánto debía del desayuno, me dijo:
-no, no,¡cómo me vas a pagar! ¿qué yo no puedo invitar a mi amiga de la infacia a desayunar?, guarda tu dinero. ¡Yo invito!
Pd. Al despedirme, me pidio ropa usada..."Porque fijate que en monte hay gente muy pobre y necesitan con que taparse"
Y tú que lo tienes todo... ahogandote en un vaso de agua