¿Qué tienen en la cabeza?
Teóricamente no soy neurótica, soy acelerada pero no neurótica (lo de acelerada es nuevo adjetivo)
Pocas cosas me hacen enloquecer pero definitivamente las marchas, manifestaciones y plantones, me sacan de mis tres casillas.
Específicamente mientras hoy caminaba, no conducía, de haberlo estado haciendo no hubiera tenido estos pensamientos, porque evidentemente me la hubiera pasado maldiciendo no sólo a los de la marcha si no a los tontos que no saben manejar en estas situaciones de caos.
El caso es que mientras disfrutaba de una caminata entre las calles vacías cerradas al tránsito, miré a la gente del plantón y me pregunté:
¿Qué tendrán en la cabeza? ¿Creerán que realmente esto funciona? ¿Cómo la estarán pasando en la vida para llegar a esto?
Bien sé que hay gente que vive, literalmente VIVE de “organizar”, si es que se puede utilizar la palabra, las marchas, plantones, levantones, cacerolazos, tomas, etc, etc. Y les da para vivir muy bien, sé de alguien que sus hijos estudian en el extranjero.
Pero esa gente que se une a “la lucha” realmente no sabe que le hace el bolsillo a alguien más, no sabe que todo es cuestión de intereses políticos, se escucha trillado, pero es la verdad, sé de alguien que desde su gran oficina va dando ordenes al líder de los manifestantes, así que a mi no me engañan.
Vuelvo a la otra gente, ese señor que estaba recargado en la pared con su sombrero de palma con sus manos rudas con su piel curtida por el sol, debe tener sus esperanzas en esta manifestación, la señora sentada en el pasto tenía una mirada dura, enojada ¿cómo se gana ella la vida? Los señores en el arrollo vehicular levantando la manta con sus consignas, las bocinas de los autos compitiendo con el sonido del altavoz, donde un hombre le exige al político que salga, que los atienda.
Por primera vez realmente vi a los manifestantes, los vi de cerca, vi sus ojos, no vi el tumulto que camina, vi al señor, a la señora del gran sombrero a esos señores mayores. Eso vi.
No creo que realmente las manifestaciones sirvan para obtener lo que ellos creen merecer y digo lo anterior porque en esta viña del señor, todos creen merecer algo sin haber movido un dedo por ello.
Yo no vi cambios radicales después de la gran manifestación por la Paz o del Silencio, como se llame. Tampoco vi que le dieran la presidencia de un gran país a alguien que tomó por casi un mes una de las principales avenidas de mi Ciudad.
Lo que creo es que hay que ponerse a trabajar y dejar trabajar para que este país funcione.
Teóricamente no soy neurótica, soy acelerada pero no neurótica (lo de acelerada es nuevo adjetivo)
Pocas cosas me hacen enloquecer pero definitivamente las marchas, manifestaciones y plantones, me sacan de mis tres casillas.
Específicamente mientras hoy caminaba, no conducía, de haberlo estado haciendo no hubiera tenido estos pensamientos, porque evidentemente me la hubiera pasado maldiciendo no sólo a los de la marcha si no a los tontos que no saben manejar en estas situaciones de caos.
El caso es que mientras disfrutaba de una caminata entre las calles vacías cerradas al tránsito, miré a la gente del plantón y me pregunté:
¿Qué tendrán en la cabeza? ¿Creerán que realmente esto funciona? ¿Cómo la estarán pasando en la vida para llegar a esto?
Bien sé que hay gente que vive, literalmente VIVE de “organizar”, si es que se puede utilizar la palabra, las marchas, plantones, levantones, cacerolazos, tomas, etc, etc. Y les da para vivir muy bien, sé de alguien que sus hijos estudian en el extranjero.
Pero esa gente que se une a “la lucha” realmente no sabe que le hace el bolsillo a alguien más, no sabe que todo es cuestión de intereses políticos, se escucha trillado, pero es la verdad, sé de alguien que desde su gran oficina va dando ordenes al líder de los manifestantes, así que a mi no me engañan.
Vuelvo a la otra gente, ese señor que estaba recargado en la pared con su sombrero de palma con sus manos rudas con su piel curtida por el sol, debe tener sus esperanzas en esta manifestación, la señora sentada en el pasto tenía una mirada dura, enojada ¿cómo se gana ella la vida? Los señores en el arrollo vehicular levantando la manta con sus consignas, las bocinas de los autos compitiendo con el sonido del altavoz, donde un hombre le exige al político que salga, que los atienda.
Por primera vez realmente vi a los manifestantes, los vi de cerca, vi sus ojos, no vi el tumulto que camina, vi al señor, a la señora del gran sombrero a esos señores mayores. Eso vi.
No creo que realmente las manifestaciones sirvan para obtener lo que ellos creen merecer y digo lo anterior porque en esta viña del señor, todos creen merecer algo sin haber movido un dedo por ello.
Yo no vi cambios radicales después de la gran manifestación por la Paz o del Silencio, como se llame. Tampoco vi que le dieran la presidencia de un gran país a alguien que tomó por casi un mes una de las principales avenidas de mi Ciudad.
Lo que creo es que hay que ponerse a trabajar y dejar trabajar para que este país funcione.